miércoles, 3 de octubre de 2007

CONSPIRACIÓN

No sé si estoy paranoico pero a veces me da la impresión de que el mundo conspira contra mi; y el mundo me tiene manía. Necesito saber si hay un poder oculto que se molesta en hacerme la vida imposible a veces o es algo que le ocurre al común de los mortales. Si hay días aciagos o sólo es una casualidad. Pero esos días en que se juntan toda esa serie de pequeños inconvenientes, y que todos juntos suponen una auténtica pesadilla, me descomponen.

Comprando en el Carrefour se acaban los números del fiambre cuando tu vas a coger tu turno; no se mueva que se lo arreglo en un momentito, te dicen; y tu te quedas allí esperando. Mientras como no hay número van a atendiendo a todo el que llega que se va con sus cien gramitos de jamonilla, mientras tu sigues allí al pie del cañón rogando que arreglen la puta maquinita expendedora de números…, pero nada. Luego vas a pagar y en una hábil maniobra de circulación con el carrito de tu madre petao de viandas, te colocas en una fila en la que solo hay una señora mayor que ha comprado una docena de huevos, un gorro de ducha, una espumadera y unos churrimangos. Al colocarte en tan buena posición miras despectivamente a un gordo sudoroso con camiseta azul, a una señora estirada con botox por toda la cara y a un friky con extensiones en el pelo que corrieron menos que tu y han elegido peor fila. La cajera que te ha tocado tiene pinta de espabilada…

Pero ¡ah! cuando la ancianita va a pagar no aparece el precio de los churrimangos…. Ya la tenemos liada, para que querrá la pobre viejecita unos churrimangos, ¿por qué no habrá comprado plátanos como todo el mundo? La cajera pone cara de despiste y empieza a llamar a Caja Central… atención, atención Caja Central… pero nada, Caja Central no está ni se le espera… Tú te quieres cambiar de fila, pero la cajera venga a decirte que un momentito, un momentito, pero la situación no avanza… y cuando piensas en volver a meter toda la compra del mes en el carrito otra señora te está cortando la retaguardia. Bueno, lo que avanzan son las otras colas, todos pagan antes que tu y se van tan contentos, la bototímica, el gordo sudoroso y hasta el friky que no solo paga antes que tu, sino que además saca un American Express... ¡anda jódete! piensa mientras te mira por encima del hombre.

Bueno, una hora después voy a BBVA-JDT a reclamar mi nueva tarjeta que debe estar veraneando por Málaga sin saber que yo soy de Coruña de toda la vida…. Hay delante solo una ancianita que no es la misma de los churrimangos pero muy parecida, debe ser su cuñada…. Venga a pasar unos euros de la cartilla de su sobrino Carlos a la de su sobrino Antonio, pero luego pasa los de su nietecito Manuel a la de su ahijada Cristinita… bueno, no hay que desesperarse, la pobre seguro que lo ahorra de su pobre pensioncita y lo va administrando mientras compra telefónicas… A todo esto la cajera le pregunta por toda su familia, por su veraneo, por la salud..., sin prisas, vamos.

Pero cuando llego yo a pedir cincuenta euracos de mierda e interesarme por mi tarjetita viajera la cajera me espeta un simple, conciso y cortante “no hay línea, se me acaba de cortar la línea” Bueno, sin mosquearme, le digo que yo no quiero línea, que si quisiera línea me iba al Rastro donde todo el mundo sabe que hay de todo. Yo solo quiero cincuenta euritos. Ya, pero no hay línea, insiste la cajera. Yo ya me empiezo a desesperar, no creo que al BBVA-JDT le cueste soltarme mis cincuenta euros sin linea, no se va arruinar ¿no? Ya pero si no tengo línea no tengo línea y no hay nada que hacer. Si señorita, pero para comprar el Banco XiXinabo de Ravalpindi no han necesitado ustedes la puta línea, ¿no? No creo que si BBVA-JDT me da mis cincuenta euros que yo metí previamente sin preguntar si ustedes tenían línea o no, se vaya a desestabilizar la economía mundial… pero nada. Le digo a usted que no tengo línea y no tengo línea, no puedo hacer nada, me dice mientras se levanta para irse a fumar afuera un cigarrito. Desde aquí te lo digo, BBVA-JDT, como te pille yo la línea te la voy a cortar día si y día también, a ver si te caes del mundo ya… Bueno, total a pedir prestado a la familia.

Y no digo nada en el Metro. El metro tiene la puta manía de arrancar cuando yo estoy llegando al andén, vamos, estoy plenamente convencido que lo hacen a propósito para joderme y que todo el Metro es un invento diabólico de Espe que ha montado por todo Madrid para volverme loco a mi exclusivamente, porque si no alguna vez tendría que llegar antes al andén de que me cierren las puertas en la rodillas, ¿no? Y para un día que voy y lo pillo, se oye una vocecita que dice que este vagón estará detenido en la estación de Lavapiés una hora… Pero bueno, cómo dice, ¿en Lavapiés?, anda que en una hora da para lavar no solo los pies sino también la “vajinilla” ¡una hora...! He dicho una hora ¿qué pasa, estás sordo? me contesta con familiaridad no exenta de chulería el altavoz de la Compañía…. Y todo así.

En fin, el mundo me odia y me mata, pero yo no le hice nada… ¡joder! O no se ha enterado el mundo que son los rusos los que han inventado una bomba que mata cuatro veces más fuerte, que ¡también es matar, digo yo! ¿Por qué me tiene que odiar precisamente a mi? ¡Mundo, me cago en.., me cago en… me cago en… no sé en que cagarme, me cago en todo tú, mundo!

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