
El otro día, el Presi se permitió una pequeña broma en una entrevista diciendo, con su gracia habitual (más bien escasa), que la medida era para beneficiar "al país", para rectificar inmediatamente mientras sonreía que realmente, quería decir "a la nación". Así que leer hoy en las paginas salmón de economía que "Zapatero llama gobernar a lo que sus críticos llaman improvisar", "El Gobierno da bandazos en su política económica mientras la recesión se alarga frente a Europa", o que "Los economistas coinciden en que la crisis va a ser más larga en España", suena muy dramático, incluso trágico, si no oliera a venganza.
Y ¿ahora qué hago yo? Me quedo sin referentes, pero a ellos no les importa. Desde que empecé a leer la prensa soy fiel de ese diario, y desde que pude elegir y votar, no hace mucho tampoco, lo he hecho por Zapatero. Ahora tengo un gobierno inepto que no gobierna, inmerso en una crisis de ideas e identidad, lleno de grises cerebritos que ni las ven venir; y un periódico supuestamente progresista, aunque pertenezca a uno de los grupos económicos y mediáticos más potentes del país. Y yo en el medio.
¿Qué le digo yo ahora a mi abuela, la fantasma, que siempre me recordaba que a mi, cuando acabara periodismo "ya te colocarán tus amigos, los rojos esos"?. Incluso quería que escribiera a Zapatero para que le concedieran a ella una TDT de pago. Alegaba que si la gente pagaba para ver fantasmadas, nadie mejor que ella que era fantasma de toda la vida -dijo- y estaba enchufada y tenía hilo directo con el más allá. Que así - y esto si que me dejó preocupado de verdad- "nuestro mensaje" podía llegar a más gente, que con esa mierda de blog no vamos a ningún lado. ¡Ahora estoy seguro, mi abuela lee mi blog y se cachondea de la filosofía plateada!
¡Más madera, qué es la guerra... mediática!
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