
El caso es que yo estaba temeroso de que mi padre, tan dado a los versitos como yo mismo, se volviera poeta en el viaje. Ya sabes, el típico “Iba de crucero por el Nilo, y se me apareció un cocodrilo”. Es que mi padre es muy chistoso y creo que íbamos a tener viaje a las pirámides hasta por lo menos el verano. Mira que se lo dije, papá ten cuidado que en Egipto puedes aprender algo, aunque sea sin querer. Es que mi padre es militar y yo me meto con él por la fama de tarugos que los militares tienen. El caso es que mi madre se había comprado no sé cuantos trajes largos. Creo que se veía ya como la reina del mambo, y pensaba bailar en el crucero con el capitán del barco, que para eso se paga sus clases de flamenco, aunque yo no creo que bailando flamenco en Egipto se llegue muy lejos, pero bueno. Se gastó un pastón y pensaba estrenar unas maletas de esas que regalan en el BBVA. si dejas allí un tiempo retenidos unos ahorritos, que ahora los bancos se dedican a vender al por menor, como sabéis.
Bueno, pues llegada la hora de partir, justo el lunes pasado, mi padre se puso malísimo de “vértigos”. No sé muy bien que es eso, a mi me suena a una peli de Hithckock. Pero el caso es que se encontraba fatal y no han podido ir. Todo se ha ido al garete, y ahora andan a ver que parte de lo pagado recuperan. Lo que contaban como el viaje de sus vidas, su sueño de siempre desde que se casaron, se ha ido a tomar por culo. Y mi madre, no se lo perdona. Se que es una actitud un poco egoísta pero no puedo dejar de estar un poco de acuerdo con ella. Un militar tiene que ser más duro y aguerrido y aguantar esas cosas, joer. Ahora mi madre no le habla a mi padre desde hace una semana. En realidad no habla con nadie, se ha vuelto autista. Y ni coge el teléfono. Yo creo que mi madre, no piensa confesar a sus amigas que el vieje se frustró y, aprovechando Halloween, piensa comprarle el famoso traje de danzarina del vientre a mi abuela en un "todo a un euro". Y que, a pesar de que no han ido, vamos a tener que tragarnos el viaje, con las poesías del Nilo incluidas, como si tal cosa….
Mi madre ya no podrá ser la reina de Egipto ni mi padre el poeta del Nilo ¿Y qué haría yo por ver sonreír de nuevo a mi madre? No creo que el recochineo de este post le hiciera mucha gracia, pero el caso es que a ella tampoco se le ocurrió pedirme a mi que la acompañara... Al fin y al cabo yo ya soy poeta..., ejem, ejem. Ahora en mi casa lo que reina es el silencio. Nadie se atreve a abrir la boca ni mucho menos recordar nada del viaje a ningún Egipto. En eso estamos. Bezos.

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