La mafia gay ha conseguido que gane Eurovisión un niñato con cara de pazguato, que si le sacas lo mono que es, lo bueno que está, y el puto violín se queda en nada... La patatuda de Soraya ha quedado fatás; no me extraña, si tiene las piernas más gordas que las de Beyoncé, que ya es decir. Lo único que valió la pena del festival de este año ha sido el pantalón plateado del representante alemán. Algunos eurofans deberían de dimitir, ¿no? Aquí no ganaremos hasta que mandemos un cantante guapo ¿Camilo Sexto? jajaja.


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