Anteo, un nuevo bloguero me ha dedicado un cariñoso post en su blog "Blog de un playmobil gay". Anteo se dirigió a mi para intercambiar nuestros enlaces. Evidentemente yo acepté encantado. Me gusta ayudar a los que empiezan como me ayudaron a mi en mis comienzos, empezando por Iván mi novio de aquella época, y terminando por un bloguero, que no voy a nombrar, ahora cabreado por una mierda de foto... Aún hace bien poco, Efter me enseñó a quitar la barra de navegación de Blogger de la manera más generosa posible. Pero recuerdo con mucho cariño a todos y cada uno de los que me ayudaron y explicaron como poner fotos, como poner música, a mis primeros comentaristas que me animaban en mis horas bajas como Sonia que no se perdía ni un post, etc. En general yo no recuerdo más que cariño y generosidad. Y yo intento ayudar a todos los que me lo solicitan. Creo que es lo mínimo que se nos puede pedir a los blogueros, que nos ayudemos y animemos los unos sobre los otros, jajaja.Siempre digo lo mismo, pero detrás de cada blog hay un ser humano que sufre, ama y padece. Un blog no es más que un grito de socorro en el naufragio de la soledad. ¿Como no acudir al auxilio de quién así lo solicita?. Y, de verdad, llevar un blog, dedicarle tiempo, energía, ganas, inspiración, trabajo, es algo que exige mucho esfuerzo. Así que desde aquí, todo mi apoyo y mi cariño a los nuevos blogueros. ¡Siempre podrán contar conmigo!
De todas maneras, Anteo, te has pasado, cari. ¡Muchas gracias! Tu post ya forma parte por derecho propio de mi famosa recopilación "Contra Iago lo pásabamos mejor".
También Winnie0 se ha acordado de mi en un post muy cariñoso que me ha encantado y no me canso de leer, porque habla de "Respeto" con muchísimo ídem, pero además, con cariño. Y aún más, un correo de una vieja bloguera ahora retirada -pero como los rockeros, de bloguero nadie se muere-, y de la que no estoy autorizado a decir su nombre, me ha escrito algo tan elogioso y cariñoso que apenas puedo articular palabras para que no parezca que busco prolongar "el acto", jajaaj. Gracias, cari, tu sabes como yo que te has pasado, pero te lo agradezco mucho, pues no estaba en mi mejor momento de ánimo, que aunque parezca que no, yo también tengo mis bajones, aunque se me pasan pronto, con tanta simpatía y tanto amor.
Bezos a todos.
Hay que ver qué santo patrón tenemos en esta ciudad, tan moderna y cosmopolita con su puntito cateto y pueblerino. Es un santo -aquel que prefería estar tirado a la bartola mientras los ángeles del señor le araban el campo,- que retrata a los madrileños que preferimos también estar tomando cañas con los amigotes que produciendo. Este sí que debería ser el santo de los universitarios, San Metocoloswebos y no San Canuto, que algunos no fumamos; pero lo otro, lo que se dice tocarnos los huevos, nos los tocamos todos. Mi padre siempre cuenta el chiste de aquel pescador que quería ponerle a su barca de nombre: “Reme Cristo” y cuando le dijeron que ese no nombre no se podía aceptar, que era una blasfemia, cambió el nombre por el femenino “Remedios”, alegando que a él le era igual “que remara Dios o que remara Cristo”. Pues así era San Isidro, un vago, que traía a su pobre esposa de cabeza, Santa María de la Ídem. ¡Levántate Isidro, la tierra para el que la trabaja! Sólo la iglesia católica puede consagrar santo a un mangante.
