
Ya, ya sé que es al revés, el cuadro y su título. Pero es que no hay un cuadro con el nombre que me hacía falta. Y es que es así como yo me siento: No es Saturno devorando a sus hijos, sino sus hijos los que le devoran a él. Los hijos del blog "chicosdebenami" se están comiendo al blog madre "elblogquethiago". Llevo escribiendo en este más de un año y medio casi a post diario, y aunque en Chueca.com llegué a tener quinientos lectores diarios, y mil el día que me ponían en portada, con éste apenas llegaba a cien fieles iaguistas convencidos.
Segregué los chulos pensando que, de alguna manera, me restaban credibilidad como futuro intelectual de culto (que si no, nada), y que quién quisiera ver tíos en bolas, se fuera al otro blog. Pensando absurdamente, ahora lo veo, que mi blog escrito ayudaría a la difusión del blog de “santos”. ¡Qué iluso!
En apenas seis meses, mi blog de chulazos tiene hoy ya esos mil o más visitantes al día habiendo pasado de cincuenta mil visitas, y es él quien devora al "blogquethiago". Me he dado cuenta, y tampoco hay que ser muy listo para hacerlo, que aunque la gente entre por éste, luego se va a ver las fotos de los chulos, no dejando así rastro de su visita en sus ordenadores ¡qué listos! Así que ahora contemplo con estupor como mis hijos devoran a Saturno, o sea a mí. No me lee ni dios, pero todos se hacen pajas en mi nombre…
Se ruega no salpicar al salir…

Segregué los chulos pensando que, de alguna manera, me restaban credibilidad como futuro intelectual de culto (que si no, nada), y que quién quisiera ver tíos en bolas, se fuera al otro blog. Pensando absurdamente, ahora lo veo, que mi blog escrito ayudaría a la difusión del blog de “santos”. ¡Qué iluso!
En apenas seis meses, mi blog de chulazos tiene hoy ya esos mil o más visitantes al día habiendo pasado de cincuenta mil visitas, y es él quien devora al "blogquethiago". Me he dado cuenta, y tampoco hay que ser muy listo para hacerlo, que aunque la gente entre por éste, luego se va a ver las fotos de los chulos, no dejando así rastro de su visita en sus ordenadores ¡qué listos! Así que ahora contemplo con estupor como mis hijos devoran a Saturno, o sea a mí. No me lee ni dios, pero todos se hacen pajas en mi nombre…
Se ruega no salpicar al salir…


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