
Y aún dice más, dice que con leer la portada, las reseñas y los comentarios de otros lectores es suficiente para mantener una conversación más o menos sesuda sobre los escritores sin necesidad de entrar en detalles. Y, rizando el rizo, el susodicho catedrático expone que incluso, tomando el libro como pretexto, se pueden y deben mantener conversaciones con otros lectores que no lo hayan leído tampoco, y “crearlo” entre todos. Así se fomenta la imaginación y la invención.
Claro, he pensado yo… esta moda ya se conoce en la blogoesfera. Ahora me lo explico todo. Esto es lo que hacéis en mi blog, ¿no? ¡Qué listos! Seguro que os miráis el primer párrafo y el último y ¡hala! a dejar un comentario, y algunos ni eso…. Porque a alguno ya lo he pillado y no miro a nadie. Es imposible que más de cincuenta mil personas se hayan pasado por este blog, y además lo hayan leído.Así, como a mí no me gusta que me den gato por liebre, os voy a examinar, ya aviso.
A partir de ahora los viernes, examen.
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